Revista científica, arbitrada e indizada, bajo la modalidad electrónica.



Recibido: 08/07/2018
Aceptado: 28/07/2018

Ética como eslabón del pensamiento estratégico en sociedades contemporáneas

Ethics as link of contemporary corporate strategic thinking

Nava, Diamela
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela
nava-diamela@hotmail.com

RESUMEN
El propósito del presente artículo es analizar la ética como eslabón del pensamiento estratégico en sociedades contemporáneas, donde las mismas se encuentran en una época de cambios acelerados, asimismo, la complejidad en cuanto a las condiciones del entorno competitivo actual que enfrentan las organizaciones en las  sociedades contemporáneas, exige  una base científica, que tenga como fundamentos esenciales, el carácter sistémico, proactivo, ético, estratégico, entre otros, mediante las distintas tipologías coherentes como un proceso de razonamiento a través del pensamiento estratégico. Por otra parte, la ética  es la base para cualquier iniciativa, para lograr una transformación humanista que permita un mejor desarrollo productivo y exitoso. Desarrollándose bajo un enfoque interpretativo de tipo descriptivo y diseño no experimental a través del análisis de documentos. Concluyendo el actuar  y pensar de manera congruente a través de la ética, en las organizaciones de la sociedad contemporánea  se considera como una nueva forma de rentabilidad para la misma, aunque no solo basta con ser rentable desde el punto de vista económico y ambiental, sino también por el aporte que se haga en las comunidades porque sus acciones repercuten en la sociedad y sus fines son sociales.
Palabras clave: Ética, Sociedades Contemporáneas, Pensamiento Estratégico, Visión Estratégica Compartida. 

ABSTRACT

The purpose of this article is to analyze ethics as a link in strategic thinking in contemporary societies, where they are at a time of accelerated changes, as well as the complexity of the current competitive environment faced by organizations in societies contemporary, requires a scientific basis, which has as essential foundations, the systemic, proactive, ethical, strategic, among others, through the different coherent typologies as a process of reasoning through strategic thinking. On the other hand, ethics is the basis for any initiative, to achieve a humanistic transformation that allows a better productive and successful development. Developed under an interpretative approach of descriptive type and non-experimental design through the analysis of documents. Concluding the act and thinking in a congruent way through ethics, in the organizations of the contemporary society it is considered as a new form of profitability for the same, although not only it is enough to be profitable from the economic and environmental point of view, but also for the contribution made in the communities because their actions have an impact on society and their goals are social.

Keywords: Ética, Contemporary Societies, Strategic Thinking, Strategic Vision Shared.

INTRODUCCIÓN
Las organizaciones a través de los últimos tiempos, se han enfrentado a distintas y aceleradas transformaciones económicas, sociales, culturales, donde las mismas se encuentran en la búsqueda de mecanismos que les permitan mantenerse competitivamente en el tiempo. Asimismo, las empresas también se encuentran en la búsqueda de la excelencia  a través de una visión estratégica compartida, para poder ser sostenibles y exitosas, en el futuro. Por esta razón, se considera que el pensamiento estratégico  constituye en los tiempos modernos un componente fundamental para la gerencia.
No obstante, el pensamiento estratégico es una herramienta útil para la sobrevivencia de las organizaciones, y así poder enfrentar los retos llenos de turbulencia, oportunidades, y amenazas, que representa no solo el mercado nacional sino también el mercado del contexto internacional. No obstante, es importante tener en cuenta a un talento humano comprometido, responsable, coordinando, con el objetivo de aprovechar  todo su potencial para el logro de los objetivos. 
En este sentido, la acción de pensar estratégicamente, crea y fomenta el desarrollo de capital intelectual, que en la sociedad del conocimiento y en las organizaciones es un componente muy importante para el aumento de las capacidades de la gente, donde las organizaciones generan fortalezas para afrontar las crisis, debilidades, y solucionar más eficientemente los acontecimientos del día a día.
Sin embargo, la preponderancia del pensamiento estratégico en la sociedad contemporánea ha sido de una dimensión tal que permitió crear modelos adaptativos para proveer un categorización donde al menos posea una lógica básica que facilite el manejo adecuado para enfrentar situaciones confusas y complicadas. Ahora bien, dentro del pensamiento estratégico, se da énfasis al análisis de cada uno de los elementos que componen una situación, para reforzar las capacidades de razonamiento acerca de cada uno y volverlos a reestructurar con una óptica más ventajosa.
De esta manera, según la doctrina de Añez y López (2001), el desarrollo del pensamiento estratégico en los lideres brinda unas estrategias básicas para la acción, es decir, permitiéndoles hacer un diagnóstico para saber lo que está ocurriendo en su entorno, procurando establecer distintos enfoques, y estilos, que faciliten la comprensión de lo nuevo y la necesidad del cambio para un mejor bienestar en la organización. Bajo esta óptica, el pensar estratégicamente requiere de una inteligencia intuitiva para visualizar el futuro, que la organización desea lograr porque la misma permitirá definir, la visión, misión, estrategias, mediante el análisis de los sistemas complejos, para luego optimizar sus ventajas.
Asimismo, la aplicación del juicio mediante la experiencia implica determinar los valores, incitando, la consolidación de la organización hacia una actitud ética congruente, ante tan importantes transformaciones en las cuales se enfrentan actualmente las organizaciones, con el propósito de llegar a las decisiones sensatas. Por otra parte, se trata de evaluar el alcance ético de la gerencia en las organizaciones al momento de surgir la planificación, organización, la dirección o rumbo a seguir por medio de los objetivos estratégicos, finalmente la evaluación, para verificar el avance o retroalimentación con la finalidad de consolidar, y redimensionar los ajustes que sean necesarios para lograr la excelencia  en cuanto al cumplimiento de la misión.
Bajo esta óptica, los principios éticos constituyen la base para diversos conceptos modernos relacionados con el trabajo, las empresas, que amplían las prioridades de las personas y organizaciones más allá de los objetivos de negocio tradicionales de beneficio y enriquecimiento de los accionistas. Asimismo, los factores éticos son también una influencia significativa en las organizaciones del sector público, por lo cual las prioridades tradicionales de la calidad del servicio y la gestión de costos deben  tomar en cuenta estas mismas consideraciones éticas que afectan al mundo comercial y empresarial.
En tal sentido, el recurso humano en las organizaciones necesita renovar diariamente sus estrategias para saber competir de un modo activo y ético, así como saber trabajar en equipo a través de la voluntad, el apoyo de toda la organización, cuyo motor sería el propio interés. De este modo, el pensamiento estratégico en los líderes podrá ir evolucionando, adaptándose a los nuevos tiempos. Según en este contexto, el presente estudio busca pretende realizar una reflexión sobre la realidad en las sociedades, a través del análisis de la ética como eslabón del pensamiento estratégico en sociedades contemporáneas, para comprender el entendimiento holístico de la organización mediante la imaginación, creatividad, permitiendo visualizar cómo será el aspecto y supervivencia de la misma en el tiempo, donde los miembros  se convierten en un elemento clave e indispensable.

LA ÉTICA ESTRATÉGICA: UN CONJUNTO DE PRINCIPIOS Y CONVICCIONES EN LAS SOCIEDADES CONTEMPORÁNEAS.
La humanidad se ha enfrentado a distintas transformaciones sociales, económicas, culturales, entre otras, surgiendo de esta manera; la necesidad de realizar cambios que remuevan los cimientos en la sociedad contemporánea, es decir, la forma de vivir, pensar, sentir, y actuar de manera congruente a través de la ética para perfeccionar al ser humano logrando sistemas organizativos que permitan obtener el sueño de vivir en una sociedad armónica, justa, para poder convivir en paz. Bajo esta óptica, en algunos ámbitos se habla de poner en práctica una actitud ética con el propósito de acabar con la corrupción a todo nivel. 
Asimismo, según Seijo (2010),  la preocupación por la  ética no queda en el plano de lo declarativo, de la sola reflexión y enunciación de las misiones  es decir, pasar a la práctica no es sólo cuestión de redacción de códigos basados en buenas conductas, con el propósito de implantar formas equitativas a la retribución, respetando los talentos, al promover acciones educativas, tener comunicaciones abiertas,  y relaciones sinceras  con los miembros de la organización.
Por otro lado, en los últimos años, la ética ha ocupado los primeros lugares en los temas de la reflexión, a la vez que de manera permanente, se exige en las organizaciones humanas la necesaria recuperación en cuanto a los principios y valores éticos como referentes de su actuación. Siguiendo este orden de ideas,  la ética, como un acto de conciencia voluntaria del hombre, derivado de su formación moral, social, religiosa, entre otras.
Sin embargo, los mayores riesgos en las decisiones empresariales se relacionan con las presiones aceleradas que proceden del entorno. No obstante, si los gerentes o líderes de las organizaciones en las sociedades contemporáneas,  poseen principios éticos, y también se sienten confiados que se debe estar a la altura de los valores centrales de la empresa  es porque existen excelentes posibilidades al momento de enfrentar dilemas éticos al elaborar estrategias, que permitan decidir posibilidades de acciones estratégicas para un mejor bienestar colectivo. 
Desde esta perspectiva, según los planteamientos teóricos de Guédez (2001), la ética estratégica tiene como propósito vincular toda la plataforma ética de la organización es decir, la misión, visión, objetivos, y estrategias empresariales, con los principios y valores, gerentes, ejecutivos, accionistas, y trabajadores en general, en aquellas organizaciones en la cual la ética no solo es entendida como un asunto  de principios y convicciones, es también una cuestión de inteligencia.
Asimismo, una ética en sociedad, se construye sobre la base social, es decir, cuando las personas construyen su propia realidad inmediata, motivo por el cual esta reflexión construye una posible idea de una cultura, porque la misma no se puede entender sin una construcción propia, especifica, y delimitada, es allí entonces donde la ética trasciende en la misma sociedad penetrando en todos los estamentos que la constituyen. Sin embargo, según Savater (1999), la ética permite que una sociedad construya unos elementos básicos para que pueda soportarla al crear normas de relación, porque las mismas, nos hace ser más sociales, humanos  y  mejores personas.
Por tanto, la ética  se caracteriza como una ética que busca los valores laicos que impulsan la convivencia humana en la sociedad a partir de la perspectiva de la libertad de creencias, así como también por medio del respeto a la diversidad de culturas, distintas religiones e ideologías humanas. Dentro de este marco de ideas, según Bertrand (2006), la ética  en las sociedades contemporáneas, se vive en convivencia mediante las acciones éticas del hombre que se encarga de construir la sociedad. Bajo esta óptica, es la más útil en los conocimientos humanos porque nos da la prioridad de vivir como personas, evitando el caos en la humanidad.
A modo de reflexión,  la ética estratégica  en las organizaciones  durante el transcurso del tiempo ha incrementado su vigencia, paralelamente en las sociedades contemporáneas. Sustentado la reflexión anterior, las empresas han alcanzado un posicionamiento clave porque las mismas son generadoras de riquezas además de ser un espacio esencial del aprendizaje de las personas. En síntesis, las creencias y las conductas generadas por los valores humanos son las que generan un vínculo con la voluntad, y las decisiones. Se indica asimismo, que los éxitos tanto personales como empresariales se encuentran bajo una línea de derivación de los valores y la visión de las organizaciones en la sociedad contemporánea.
Por estas razones, es indispensable anexar dos razones importantes:

LA ÉTICA EN LA GESTIÓN DE LAS ORGANIZACIONES: UN CONTEXTO COMPUESTO POR REGLAS Y TOMA DE DECISIONES.
Las cuestiones éticas no son una simple discusión respecto a los criterios para la elección de estrategias en cuanto al comportamiento por parte de las personas que ejercen responsabilidades y asumen decisiones en la empresa sino que trata de resolver el nivel en la cual se ubica el problema, es definir los valores en juego, y los mandatos sociales a considerar en la situación. Con base a lo expuesto, en las organizaciones según Guillen (2008), se observa la necesidad de integrar valores de convivencia democrática.
Asimismo, la ética en la gestión organizacional se convierte en una propuesta beneficiosa para la consecución del bien común. Bajo esta óptica, esta preocupación es decisoria y se dirige, hacia la labor orientadora centrada en los principios éticos, como también hacia la identificación de las prácticas perversas, que conducen a la percepción negativa, generalizada por parte de los ciudadanos, donde se opacan las conductas responsables.
Ahora bien, según Elegido (1996), la ética es una disciplina por el cual se explora sistemáticamente las condiciones que favorecen una vida congruente. En este sentido, considerando siempre la forma, en que los individuos  utilizan  términos como ética y moralidad en la mayoría se tiene en mente que al hablar y actuar éticamente se traduce en actuar con inteligencia; y/o tomar en cuenta los intereses de los demás. Bajo tal concepción, se tiene la tendencia e importancia de saber que cada persona tenga un plan global de vida donde integre sus diversas orientaciones y compromisos.
No obstante, la construcción de etnicidad  tiene como finalidad un comportamiento basado en la coherencia ética en cuanto a las relaciones con los diversos agentes morales en las organizaciones; contribuyendo hacia una ciudadanía social que internalice la necesidad por la preservación de la vida en el plano biopsicosocial; es decir, una búsqueda para establecer un equilibrio en los ámbitos  económico, social, cultural, entre otros; donde se permita tener condiciones de un espacio vital, al permitir  una convivencia en las futuras generaciones.
Sin embargo, según Nava y Hernández (2013), asumen que es importante que en toda organización ejecute una práctica intensa y extensa a través de una  ética sustantiva que asegure el cumplimiento de las normas y principios éticos establecidos en un código de conducta orientado a enfatizar los derechos humanos y laborales que incluyan el trato respetuoso y digno entre la empresa y el talento humano que la integra y así ejercer mejores prácticas aplicadas a la organización  y cumplir con buena fe los compromisos y responsabilidades en diversas circunstancias en el ámbito empresarial. Visto desde esta perspectiva, se trata de establecer patrones de conducta ética que establezcan el logro de la honestidad como fin esencial.
Atendiendo a estas consideraciones, según Ochoa y Montes (2007), las organizaciones al fomentar  modelos de conducta que integren valores éticos como: lealtad, responsabilidad, compromiso, moral, conciencia ética, entre otros, en las organizaciones serviría como  guía para orientar  la actuación profesional de los empleados que la integran. Como reflexión, el estudio en cuanto a la gestión ética en el ámbito organizacional implica plantearse como un agente activo para estimular a los empleados a participar desde un punto de vista social y responsable, con la finalidad de buscar un bien común, obligando a los mismos a rendir cuentas de su actuación, mediante una conciencia ética,  y solidaria, a través de unos valores como la lealtad, el respeto, para reforzar la confianza de los miembros de la organización.
Como aporte, la gestión ética en las empresas se desempeña  bajo  un contexto compuesto por reglas, algunos valores y principios que definen los niveles de responsabilidad, e identidad de las mismas. Dentro de este marco de ideas, la gestión ética, destaca el papel que debe ejercer las organizaciones en las sociedades contemporáneas como agente motor de  cambio congruente por la construcción de las comunidades de futuro.

EL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO: UNA HERRAMIENTA PARA EL ANÁLISIS RACIONAL DEL ENTORNO.
En la actualidad el pensamiento estratégico, en las sociedades modernas, parte de la misión de la organización, basándose en ideas creativas, con alta capacidad de prevención de riesgos, búsqueda de oportunidades, al permitir avanzar hacia el futuro proyectado. Por lo anterior, el pensamiento estratégico, constituye una de las principales competencias que todo profesional debe desarrollar.
Asimismo, el líder o gerente de una organización, debe antes de tomar decisiones, enfocarse en un plan estratégico que responda a las siguientes preguntas, ¿Quiénes somos?, ¿Por qué existimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿Cuáles son nuestras fortalezas y nuestras oportunidades?, donde el saber responder estas preguntas, se denomina pensamiento estratégico.
De acuerdo a lo anterior, es importante resaltar que los fenómenos, situaciones ocurridas dentro del entorno empresarial no siempre siguen una misma tendencia. Por lo cual, para la compresión de la realidad, lo más recomendable es, dividir una situación en sus componentes, para luego, volverlos a ensamblar, es decir, se requiere de un análisis racional, enfocado en la verdadera naturaleza de las cosas, lo que permitirá una reintegración imaginativa adaptada a la realidad en estudio.
Para tal efecto, según lo plantea Ohmae (2005),  al  utilizar  métodos analíticos, para obtener ventajas competitivas, donde el análisis es el punto crucial de arranque, es lo que constituye el pensamiento estratégico. No obstante, al enfrentarse a problemas, tendencias, que parecen construir un ambiente armónico, integrado, el pensamiento estratégico lo divide en sub partes constitutivas. Asimismo, tras descubrir el significado de estos componentes lo vuelve a ensamblar.
Ahora bien, durante este proceso, es preciso, que la ética ocupe un papel importante, porque basado en su esencia interpretativa, depende de la visión y la filosofía del pensador, como se analizará cada una de las partes, para deducir el comportamiento real del entorno. A su vez, de acuerdo a dicho análisis, se planeará el futuro de las organizaciones, se establecerán estrategias, acciones, políticas y demás aspectos de interés, que definirán el rumbo de las mismas, un pensamiento viciado, no ético, puede afectar la legitimidad, compromiso social y sostenibilidad de la entidad.
De acuerdo a lo anterior, el pensamiento estratégico está fundamentado en la visión, la misión, las estrategias, toma de decisiones, entre otros, donde Urribarri y Aldana (2011), establecen que la relación con dichos elementos permite al gerente de la empresa hacer una reflexión sobre el futuro, no sólo como una fase del proceso de planificación, sino también como toda una alternativa para generar ideas, plantear herramientas cónsonas con la realidad del presente en concordancia con el futuro deseado y sobre la base de la ética, el propósito de una aptitud determinada por lo que deberá ser, sería una reflexión sobre el futuro en términos de lo que debe ser, dados unos valores que conforman la ética de una sociedad.

EL ÉXITO ORGANIZACIONAL DESDE EL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO.
En relación al éxito organizacional Ohmae (2005), afirma, el éxito no suele ser producto de un análisis riguroso sino también  a un estado mental muy particular por el cual; se caracteriza a través de los procesos de pensamientos creativos e intuitivos más que racionales parte del individuo, por otro lado, Gómez et al., (1998), citados por Silvestri (2010), plantean que el éxito se basa en tener objetivos estratégicos acertados y una cultura corporativa apropiada que acoja los valores de la organización, su clima organizacional y su estilo de gerencia.
En este sentido, el éxito gerencial juega un papel fundamental para  el logro de las metas en la empresa, lo cual está vinculado a la efectividad organizacional,  de esta manera; es necesario tomar en cuenta los diversos grupos de interés de la organización (stakeholders), es decir, a los empleados, clientes, gerentes, administrativos, inversionistas, competidores, proveedores, acreedores, medios de comunicación, dependencias gubernamentales, entre otros, quienes tanto interna como externamente esperan respuestas cónsonas con sus expectativas.
Por lo tanto, el pensamiento estratégico, junto al desarrollo de una actitud gerencial, implica un proceso ampliamente democrático tanto internamente, pues los procesos estratégicos deben permitir la mayor participación posible del personal en sus diferentes competencias, donde una buena comunicación es clave para alcanzar este proceso. Como externamente,  los directivos deben tomar en cuenta las opiniones de los agentes del entorno, en sus procesos de análisis estratégico.
A modo de reflexión, para dar respuesta a los diferentes stakeholders, se requiere necesariamente de un pensamiento estratégico que lleve al desglose de la problemática existente, buscando las posibles alternativas de solución, basado en las capacidades, competencias, fortalezas y demás recursos tanto humanos como financieros, de los cuales la empresa pueda hacer un uso óptimo, para el logro de los objetivos trazados, respondiendo eficientemente a las exigencias, sin afectar la productividad de la organización ni su legitimidad, garantizando así la sostenibilidad futura de la misma, lo cual se traduce en éxito gerencial.

PENSAMIENTO ESTRATÉGICO BASADO EN VALORES ÉTICOS EN SOCIEDADES CONTEMPORÁNEAS.
Dentro del pensamiento estratégico además de incluir elementos ya mencionados, como la visión, misión, entre otros, no se puede dejar de  incorporar los valores y la cultura ética dentro de la empresa, para así obtener la legitimación de manera satisfactoria dentro del contexto en el que se desenvuelve. Asimismo, partiendo de la definición de valores como pautas, guías,  y puntos referenciales que sirven para orientar el comportamiento humano hacia la transformación, pudiéndose realizar como persona dentro de la sociedad. No obstante, mediante los valores éticos se exige un comportamiento digno de todos aquellos quienes integran en la entidad. 
No obstante, cada persona se convierte en un promotor de valores, en conformidad con la manera como vive y se comporta en dicha sociedad. En este sentido, dentro del pensamiento estratégico, los valores, desde el punto de vista ético, representan las convicciones filosóficas de quienes lideran las organizaciones, deben ser establecidos en toda empresa, en función de sus posiciones sobre la calidad, la seguridad, comprensión  a los clientes, diversidad de productos o servicios y la productividad. Sin embargo, los valores necesitan ser revisados constantemente, evaluando su cumplimiento y actualizarlos de acuerdo a los cambios en la naturaleza del negocio. Adicionalmente, constituyen la base del pensamiento mientras se enfoca en la misión, visión y estrategia de la organización.
Al respecto, Robert (2006), plantea que el pensamiento estratégico incluye la aplicación de juicios basados en la experiencia al determinar las direcciones futuras, en otras palabras, al comprender el entendimiento integral de la organización en concordancia con su ambiente en donde el gerente pone en práctica su imaginación, creatividad que le conduce a lograr una visión de futuro y así mejorar la productividad de la organización.
En este sentido, es importante resaltar lo señalado por De la Torre (2002), hoy en día enfrentamos a una aldea global que, si bien contribuye en una masificación de la cultura de consumo, se encuentra cohabitada por la diversidad de nuevas tribus identitarias conformadas mediante ritos compartidos, cuya novedad reside en que sus referentes de identificación tribal no corresponden única y unívocamente con las formas tradicionales de organización social localizadas en el espacio físico y el tiempo convencional, sino referidas a registros de identificación más mediáticos, los cuales conectan, reubican a las identidades individuales con las redes de la globalización, pero, a través de los rituales los apropian y relocalizan generando fronteras de identidad en los espacios sociales locales de interacción cotidiana, demarcando territorios de inclusión y exclusión.
En este orden de ideas, señala Bautista (2012), en la actualidad empleando las nuevas tecnologías, los sistemas de telecomunicaciones, se difunden estereotipos de la cultura moderna y posmoderna, enfocados básicamente a una sociedad mercantilista, de consumo diseñado, promovido por las grandes empresas transnacionales en las que el modelo básico a imitar es el estadounidense. De esta manera, tal modelo, contemplado  en películas, revistas, libros, programas de televisión, es difundido al resto de los países del mundo. Estos nuevos patrones son asimilados, sobre todo, por las nuevas generaciones, rompiendo o modificando la cultura y valores tradicionales de su lugar de origen.
Asimismo,  los estados cuando se abren a los principios de la sociedad de consumo, se genera una clase de turbulencia mental en la que los valores nacionales se transforman al mezclarse con algunos  elementos externos, generando así una situación de incertidumbre y cambio. Sin embargo, se despierta el deseo por los antivalores: ambición, codicia, pasión por el dinero, lujos, bienes materiales. En este sentido, se produce una ruptura con la tradición así como una permanente transformación guiada por la idea de cambio, progreso, la motivación por el futuro y la expectativa de lo nuevo. Por tanto, se trata de una sociedad turbulenta con una nueva composición de fuerzas en la que los valores se mezclan, naciendo nuevas formas de ser sin que terminen de morir las existentes.
No obstante, según los postulados de Bautista (2012), si bien los seres humanos somos potencialmente agresivos por naturaleza, nos diferenciamos del resto de los animales por la capacidad de deliberación, reflexión y razonamiento, capacitándonos para dominar, canalizar, ese instinto agresivo hacia conductas positivas que contribuyan al desarrollo de uno mismo, al autodominio, donde la ética es la disciplina que nos ayuda a forjar nuestro carácter, nuestro proceder cotidiano, cada acto que efectuamos. En la medida en que el individuo se sumerge en la disciplina ética, se va forjando a sí mismo al preferir ciertas posibilidades vitales y rechazar otras.
De acuerdo a lo anterior, sabiendo que el pensamiento estratégico es una postura que el gerente estratégico debe asumir para determinar las acciones a seguir, en función de la filosofía organizacional, que le permitan alcanzar los planes futuros, es preciso resaltar que los valores éticos, son cruciales en este proceso, pues las organizaciones contemporáneas son reconocidas por el aporte que hagan a la sociedad, además del poco o ningún daño ocasionado sobre el medio ambiente producto de sus actividades operativas, es por esto que este tema de los valores éticos, es tan importante dentro del pensamiento estratégico, pues además de ser uno de sus elementos constitutivos, es un argumento para alcanzar el éxito gerencial y la sustentabilidad de las empresas en el futuro a través de la legitimidad proporcionada por las sociedades contemporáneas.

REFLEXIÓN FINAL.
La complejidad en cuanto a las condiciones del entorno competitivo actual que enfrentan las organizaciones, exige de una base científica, tener como fundamentos esenciales, el carácter sistémico, proactivo, ético, estratégico, y situacional, expresados éstos, mediante distintas tipologías coherentes con la situación específica por el cual se desempeñan actualmente y la integración entre otros aspectos, de la esencia de las diferentes posiciones con respecto a su razón de ser. En este sentido, según lo planteado en el texto se puede decir que la identidad contemporánea es creada partiendo de la tipología de consumo que tiene una sociedad, donde los medios de comunicación y las tecnologías informáticas son los mecanismos para definir dicha identidad integradora.
No obstante, los cambios frecuentes mediante las tipologías organizacionales que se han producido, dados por los cambios en las relaciones de producción existentes y en los enfoques gerenciales entre otros aspectos; constituyen una consecuencia de la evolución en las organizaciones de la sociedad contemporánea, que han originado a estas a su vez, expectativas y retos, para lograr un bienestar común.
Por otra parte, el pensamiento estratégico ha evolucionado de acuerdo a los cambios de las organizaciones así como en el ámbito económico, social, cultural, político, entre otros, donde se desenvuelven motivo por el cual se ha permitido construir a través de una ética estratégica, un camino fructífero para la discusión y análisis en cuanto a la formulación y ejecución de las estrategias empresariales que contribuya a lograr acercarse a los objetivos propuestos por la organización a través de un vigor racional en las acciones gerenciales, producto de las mentes creativas e innovadoras de los gerentes bajo una cultura de aprendizaje organizacional.
En este sentido, para lograr un futuro inteligente se necesita integrar la ética en el pensamiento estratégico para desarrollar conciencia en cuanto a la creación de ideas innovadoras que garanticen el éxito y supervivencia de la organización en un futuro, transitando inteligentemente a través de técnicas más eficientes para mejorar la visión, misión, valores, principios, y objetivos organizacionales como factores claves para un buen desempeño en la cultura organizacional. 
Bajo esta óptica, con las consideraciones éticas en la toma de decisiones estratégicas se traducirá en el desarrollo de las estrategias más efectivas a largo  y corto plazo. De este modo, los criterios éticos deben ser incluidos como parte del proceso estratégico en las decisiones con el fin de maximizar los beneficios de las empresas y mejorar el desarrollo e implementación de estrategias. En este trabajo se presenta un sistema de decisiones para lograr esta integración, que utiliza una "evaluación intereses" que implica el análisis de las obligaciones éticas, sociales y legales de una organización.
En síntesis, el actuar  y pensar de manera congruente a través de la ética, en las organizaciones de la sociedad contemporánea  se considera como una nueva forma de rentabilidad para la misma, aunque no solo basta con ser rentable desde el punto de vista económico y ambiental, sino también por el aporte que se haga en las comunidades porque sus acciones repercuten en la sociedad y sus fines son sociales.

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