Revista científica, arbitrada e indizada, bajo la modalidad electrónica.


 

 

 

Recibido: 22/10/2024

Aceptado: 19/11/2024

 

INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO DE LOS ALUMNOS DEL BACHILLERATO: UN ANÁLISIS SISTEMÁTICO

Influence of family on high school students' academic performance: a systematic review

 

Ángel González-Escalante

Universidad Autónoma de Sinaloa

angelgonzalez@uas.edu.mx

ORCID: https://orcid.org/0009-0007-6927-966X

México

Paloma Sandoval-Gámez

Universidad Autónoma de Sinaloa

palomasandoval@uas.edu.mx

ORCID: https://orcid.org/0009-0001-4953-1203

México

 

 

 

RESUMEN

Tras revisar las cifras publicadas por la SEP, donde un porcentaje significativo de estudiantes de bachillerato a nivel nacional presenta reprobación y deserción, se hace un análisis sistemático sobre la influencia de la familia en el rendimiento académico en el nivel medio superior, para identificar factores como el entorno familiar en su desarrollo cognitivo y emocional. La literatura se clasificó según su enfoque metodológico y las teorías filosóficas que abordan como el positivismo y el constructivismo social. Los hallazgos muestran que la mayoría de los estudios se centran en descripciones teóricas y destacan la necesidad de investigaciones que aborden las dinámicas familiares y las perspectivas de los estudiantes de manera integral. Se concluye que un entorno familiar positivo, con apoyo emocional y participación de los padres puede mejorar significativamente el rendimiento académico, y se resalta la necesidad de implementar estrategias educativas que involucren a la familia para así abordar problemas educativos.

Palabras clave: Escuela; estudiantes; familia; rendimiento académico.

ABSTRACT

After reviewing the figures published by the SEP, which show a significant percentage of high school students nationwide face failure and dropout rates, a systematic analysis is conducted on the influence of family on academic performance at the high school level to identify factors such as the family environment in their cognitive and emotional development. The literature was classified according to its methodological approach and the philosophical theories it addresses, like positivism and social constructivism. Findings indicate that most studies focus on theoretical descriptions and highlight the need for research addressing family dynamics and students’ perspectives in an integrated manner. It is concluded that a positive family environment, with emotional support and parental involvement, can significantly improve academic performance, and it is emphasized the need to implement educational strategies that involve the family to address educational problems.

Keywords: Academic achievement; family; school; students.

 

INTRODUCCIÓN

La educación es un componente fundamental en el desarrollo de los individuos y en la construcción de una sociedad próspera. El rendimiento académico de los estudiantes de bachillerato es un indicador clave de su éxito educativo y futuro profesional, y es un tema de interés para educadores, investigadores y padres de familia. Sin embargo, los índices de deserción y reprobación en el nivel medio superior de México presentan una tendencia preocupante, pues de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la tasa de abandono escolar en bachillerato a nivel nacional alcanzó el 10.5% en el ciclo escolar 2018-2019 (SEP, 2023). Esta cifra, por sí sola, revela un problema a ser atendido que afecta la formación de los jóvenes y, por consiguiente, el futuro del país.

Es aún más preocupante la situación en estados como Sinaloa, donde la deserción escolar ha experimentado un incremento significativo, pasando del 8.2% en el ciclo 2021-2022 al 11.3% en el siguiente (SEP, 2024). Paralelamente, la reprobación también ha mostrado un ligero aumento, lo que sugiere la existencia de factores subyacentes que dificultan el progreso académico de los estudiantes donde el entorno familiar se destaca como un elemento fundamental en el desarrollo cognitivo y emocional de los jóvenes, ya que es el entorno primario donde los estudiantes se desenvuelven y adquieren valores, habilidades, hábitos de estudio y actitudes que pueden tener un impacto directo en su desempeño escolar.

Esta problemática exige una atención apremiante por parte de las autoridades educativas, instituciones y sociedad en general, ya que las consecuencias de la deserción escolar se extienden más allá del ámbito educativo, impactando negativamente en el desarrollo social y económico del país.

La UNESCO (2017), en su Guía para asegurar la inclusión y la equidad en la educación menciona en el punto 2 que refiere al análisis de las políticas de inclusión y equidad, dimensión 3.2 que todos los servicios e instituciones que trabajan con los y las estudiantes y sus familias deben trabajar juntos en la coordinación de las políticas y las prácticas educativas inclusivas y equitativas. De esta forma esta organización destaca a nivel mundial la importancia de la familia en las prácticas educativas.

El Gobierno de México (2024), específicamente la Cámara de Diputados promulgó en el artículo 94 de la Ley General de Educación que se fortalecerá la capacidad de gestión de las autoridades escolares y la participación de los padres de familia. Esto puede llevarse a cabo a través de crear y fomentar la participación en consejos escolares donde padres y tutores puedan expresar sus opiniones y colaborar en decisiones, así como estableciendo canales de comunicación claros y accesibles entre la escuela y las familias. Esto evidencia la necesidad de involucramiento de los padres en el proceso educativo.

Las interacciones familiares, las prácticas educativas, el apoyo emocional y la participación de los padres en la educación de sus hijos son aspectos clave que pueden influir en el rendimiento académico de los estudiantes. Sin embargo, existe evidencia de que un número significativo de estudiantes de bachillerato presenta un bajo rendimiento académico, lo que puede limitar sus oportunidades y afectar negativamente su desarrollo personal y profesional. Estudios previos han sugerido una relación significativa entre las dinámicas familiares y el rendimiento escolar, pero todavía existen lagunas en la comprensión de esta conexión. Al comprender mejor la influencia de la familia en el rendimiento académico se contribuye a desarrollar intervenciones educativas más efectivas para lograr el éxito escolar de los estudiantes de bachillerato.

1.1 Familia

La familia es la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia (López & Guiamaro, 2016). Por ello es considerada como el primer pilar en la formación de los seres humanos, la principal institución y base de la sociedad cuyo principal objetivo es guiar y facilitar herramientas que permita a los hijos desenvolverse en los diferentes entornos sociales, incluida la escuela. Su influencia en el rendimiento académico de los alumnos es un fenómeno desafiante que ha captado la atención de académicos y profesionales de la educación ya que no solo afecta su éxito académico, sino también su desarrollo personal y profesional a largo plazo.

Se reconoce a la familia como el primer agente de socialización, transmitiendo valores, normas y habilidades sociales a los hijos. Este papel es fundamental para el desarrollo de la identidad y la integración social del individuo (Bronfenbrenner, 2010). La familia funciona como un microsistema que interactúa con otros sistemas para influir en su desarrollo. Al ser la familia la primera red de apoyo y la más cercana, es importante promover un ambiente interno sano en donde se brinden los recursos necesarios para un buen desarrollo personal y social de los individuos. Un clima familiar positivo se fundamenta en la cohesión afectiva entre padres e hijos, el apoyo, la confianza e intimidad, los cuales potencian el ajuste conductual y psicológico de los hijos (Sánchez et al., 2011).

Cardona et al., (2015), mencionan en su estudio realizado a jóvenes que, en la descripción de sus sueños, metas e ideales, los mismos revelan la influencia de su familia desde la toma de decisiones y para construir sus planes de vida. Eso impacta en su desempeño escolar y en la persecución de sus objetivos cuando algunos quieren seguir el ejemplo o, por el contrario, desean hacer algo diferente. Velásquez y Rodríguez (2018), reafirman que un ambiente familiar adecuado, permitirá un mejor desempeño académico en los estudiantes. El que existan climas familiares positivos y estilos de crianza adecuados generan en los niños confianza general y una percepción positiva de sí mismo, una orientación positiva a metas escolares, interés general acerca de la preparación para el futuro y un ajuste positivo hacia la escuela (Romagnoli, 2015).

Entre los múltiples factores que influyen a los problemas de bajo rendimiento escolar, el papel de la familia emerge como uno de los más significativos y complejos. El bachillerato presenta desafíos particulares en términos de exigencia académica y preparación para la educación superior, donde las dificultades en su rendimiento académico pueden afectar su trayectoria educativa y sus oportunidades futuras. El acompañamiento familiar, la permanencia y la dedicación son factores importantes para el alcance de resultados académicos favorables, así como para el desarrollo de un individuo sano emocionalmente capaz de controlar sus emociones, fomentando hábitos y una disciplina que le permita convivir en su comunidad (Lastre et al., 2018).

Castrillón y Soriano (2017), afirman que, a mayor apoyo de los padres, mejor es el resultado en el rendimiento de los adolescentes; por el contrario, a menor apoyo percibido menor es el rendimiento obtenido. Esto es coherente con lo que Miranda (2022), sostiene cuando dice que es necesario involucrar a las familias en los procesos educativos ya que son parte fundamental para que los hijos alcancen los objetivos planteados.

Actualmente se vive en una sociedad que busca ser más inclusiva y respetuosa de las diversas estructuras familiares, aunque hay formatos tradicionalmente aceptados como la familia monogámica formada por parientes de sangre y afinidad que son la base principal del parentesco. La contemporaneidad ha actuado sobre la estructura familiar tradicional y su dinámica, generando nuevos tipos de familia donde el factor de cambio más prominente es el creciente empoderamiento social y profesional de la mujer, el cual le ha dado mayor independencia frente a lo establecido por la familia patriarcal y le ha permitido tener confianza para asumir la maternidad como cabeza de familia (Puello et al., 2014). Sin embargo, hay una realidad que Solís y Aguiar (2017), declaran y es que:

La familia ha perdido muchas de sus funciones[...] se ha dado un aumento exponencial de guarderías y casas hogar; se ha disminuido la edad para la educación formal; se dan cada vez más contratos entre niñeras y empleadores. Las nuevas generaciones quedan desplazadas de los proyectos de vida comunitarios familiares y de la autoridad de los jefes de familia. (p. 2).

La participación de los padres en el ámbito educativo puede ser determinante para el éxito o fracaso escolar. Aunque es reconocida la influencia de la familia en el entorno escolar de los jóvenes, aún persisten interrogantes sobre cómo y en qué medida esta influencia impacta directamente en su rendimiento académico.

1.2 Rendimiento académico

El rendimiento académico se define como la medida del éxito educativo de un alumno, que depende de factores internos, como la motivación y las habilidades, así como de factores externos, como el entorno familiar y la calidad del sistema educativo (Castro & López, 2019). En esta definición se subraya la complejidad del rendimiento académico, reconociendo la interacción entre diversos elementos que influyen en el desempeño escolar. El rendimiento escolar es también definido como procesos de aprendizaje que promueve la escuela e implican la trasformación de un estado determinado en un estado nuevo, cuyo propósito es alcanzar una meta educativa, un aprendizaje (Lamas, 2015).

Martínez y Salinas (2021), afirman que el rendimiento académico es un indicador multifacético que refleja el nivel de logro educativo de los estudiantes y que se manifiesta a través de calificaciones, evaluaciones estandarizadas y el desarrollo de competencias. De esta forma evidencian la naturaleza integral del rendimiento académico, que abarca aspectos tanto cuantitativos como cualitativos del aprendizaje.

Pero el rendimiento escolar no solo se mide a través de evaluaciones cuantitativas, sino que también incluye la capacidad de los estudiantes para aplicar lo aprendido en contextos prácticos, lo que resalta la importancia de un aprendizaje significativo que fomente la comprensión profunda de los contenidos (Gutiérrez & Pérez, 2018). Esta visión más integral del rendimiento académico sugiere que los docentes deben centrarse en la calidad del aprendizaje y no únicamente en los resultados numéricos.

Según Jiménez (1994), el rendimiento escolar es un nivel de conocimientos demostrado en un área o materia comparado con la norma de edad y nivel académico, donde el rendimiento del alumno debería ser entendido a partir de sus procesos de evaluación, sin embargo, la simple medición de los rendimientos alcanzados por los alumnos no provee por sí misma todas las pautas necesarias para la acción destinada al mejoramiento de la calidad educativa. Esto muestra que es fundamental superar la visión reduccionista del rendimiento como un mero resultado cuantitativo. Para comprender este fenómeno y diseñar estrategias efectivas para su mejora es necesario analizar los procesos cognitivos, considerar el contexto socioemocional, evaluar el entorno de aprendizaje e individualizar la educación a través de un apoyo personalizado.

Si se pretende conceptualizar el rendimiento académico a partir de su evaluación, es necesario considerar no solamente el desempeño individual del estudiante sino la manera como es influido por el grupo de pares, el aula o el propio contexto educativo. En este sentido, Tulic et al., (1998), refieren que es necesario conocer cuáles variables inciden o explican el nivel de distribución de los aprendizajes. Los resultados de su investigación plantean que las expectativas académicas de familia, docentes y los mismos alumnos pone al descubierto el efecto de un conjunto de prejuicios, actitudes y conductas que pueden resultar beneficiosos o desventajosos en la tarea escolar y sus resultados, asimismo que el rendimiento de los alumnos es mejor cuando los maestros manifiestan que el nivel de desempeño y de comportamientos escolares del grupo es adecuado.

En la mayor parte de la literatura sobre rendimiento escolar hay estudios sobre los factores asociados al fracaso escolar; sin embargo, son esos mismos factores los que propician también el éxito escolar (Torres et al., 2006). El clima armonioso en las relaciones familia-escuela es un elemento que contribuye a la obtención de un buen rendimiento escolar en el alumnado (Castrillón-Correa, 2021), lo que expresa que cuando padres y docentes colaboran y mantienen una comunicación abierta y respetuosa, se crea un entorno que favorece el desarrollo académico y emocional de los estudiantes. Este clima positivo no solo mejora el rendimiento escolar, sino que también fortalece la autoestima y motivación de los alumnos. Además, el involucramiento de los padres en la educación de sus hijos permite abordar posibles dificultades de manera temprana, lo que contribuye a una experiencia educativa más exitosa.

El bajo rendimiento académico de los estudiantes de bachillerato es un problema que afecta tanto a los propios alumnos como al sistema educativo en su conjunto. Diversas investigaciones han señalado que la familia juega un papel fundamental en el desarrollo y desempeño escolar de los estudiantes (González & García, 2017; Rodríguez & Torres, 2019). De acuerdo con Rodríguez y Gómez (2019), el bajo rendimiento académico puede tener consecuencias negativas a largo plazo, limitando las oportunidades educativas y laborales de los jóvenes.

Para comprender este fenómeno se requiere una mirada más profunda a la naturaleza y mecanismos específicos a través de los cuales la familia influye en el rendimiento académico de los estudiantes, pues el rendimiento escolar (RE) es un proceso complejo condicionado por diversos factores de índole personal y contextual, donde la persistente brecha educativa entre niños socioeconómicamente favorecidos y desfavorecidos juega un rol central en la transmisión intergeneracional de la pobreza (Korzeniowski et al., 2016). Es necesario examinar cómo estos factores varían en el contexto cultural, socioeconómico y educativo específico en el que se desenvuelven los estudiantes y familias. Identificar los factores familiares que contribuyen a esta situación ayuda a prevenir y abordar más profundamente este problema para diseñar estrategias de intervención y apoyo que promuevan el éxito académico de los estudiantes de bachillerato.

OBJETIVO

Esta investigación tuvo como propósito realizar un análisis sistemático de la literatura existente para identificar los principales factores familiares que tienen mayor influencia en el rendimiento académico de los estudiantes de bachillerato. Se busca, a través de la revisión de investigaciones previas, explorar las posibles relaciones entre las características familiares y los resultados escolares para contribuir al conocimiento existente sobre el papel de la familia en el proceso educativo.

Dentro del objetivo se busca dar respuesta a algunas preguntas que motivaron este estudio, tales como: ¿Cuáles elementos del entorno familiar se relacionan de manera más consistente con el rendimiento académico?, ¿Cuál es el estado actual de las investigaciones con respecto a este tema? ¿qué papel juega la familia en la educación de los hijos? ¿Qué acciones pueden implementarse para alcanzar un nivel superior de calidad? ¿Qué se puede hacer para mejorar?

METODOLOGÍA

Una vez definida la pregunta de investigación ¿Cómo influye la familia en el rendimiento académico de los estudiantes de bachillerato? se llevó a cabo una revisión de literatura a nivel nacional e internacional que compartieran elementos comunes con el presente artículo y se establecieron criterios de inclusión y exclusión claros para seleccionar los estudios a ser incluidos en el análisis.

Las fuentes provienen de bases de datos y repositorios académicos Redalyc, SciELO, Dialnet y en el buscador Google Académico entre mayo y agosto de 2024. La estrategia de búsqueda se fijó en utilizar términos y combinaciones de palabras clave “familia, entorno familiar, clima familiar, padres, educación, México, bachillerato, rendimiento escolar, y éxito académico” para encontrar estudios relevantes que cumplieran con los criterios de inclusión y exclusión ya mencionados. Se utilizó el operador AND para ampliar la búsqueda. Entre los criterios de inclusión estaban las investigaciones que abordaran el tema en cuestión, cuyo tiempo de publicación no fuera mayor a 10 años, que fueran en idioma español y su contexto fuera en Latinoamérica.

En primera instancia se obtuvieron veintiuna investigaciones relacionadas con la temática, siendo descartadas trece que no cumplían con los criterios de inclusión, y otras dos pues, aunque tuvieran términos similares no aportaban información relevante. Se extrajo la información más relevante de cada estudio, enfocados en los términos antes señalados por las palabras clave. La revisión se basó en seis documentos con un rango de publicación de 2016 a 2020, todos artículos de investigación de revistas arbitradas por pares, lo que indica que son fiables, recientes y pertinentes.

Se empleó un método hermenéutico al hacer la revisión de la fundamentación, y los resultados fueron categorizados con respecto a la metodología y al diseño de investigación utilizado, lo que posibilitó el análisis y comparativa del contenido para identificar patrones, tendencias y discrepancias, y así obtener un panorama sintético de las investigaciones científicas realizadas. También se hizo un contraste desde las corrientes filosóficas del positivismo, que argumenta que el único conocimiento válido es aquel que se puede verificar mediante la experiencia y la observación (Hernández, et al., 2010, como se citó en Ramos, 2015); y desde el constructivismo social donde la realidad se construye a través de la interacción y comunicación entre los individuos (Vygotsky, 2018). De acuerdo con lo anterior, la investigación se centra en un paradigma cualitativo con un tipo de estudio documental bibliográfico.

RESULTADOS

Tras la revisión y análisis de los artículos de investigación que fueron seleccionados atendiendo los criterios de inclusión, se hizo una clasificación al considerar las características comunes entre ellos. Cabe resaltar que de estos estudios se identificaron los diferentes factores que impactan el desempeño escolar donde se involucra la dinámica familiar. A continuación, se dan a conocer los hallazgos de los resultados en las diferentes investigaciones analizadas, las cuales resaltan los factores más recurrentes en considerar las dimensiones sociales y emocionales del aprendizaje al destacar el papel de las relaciones familiares en el desempeño académico, y donde los autores contribuyen a una visión más integral de la educación.

Aunque los estudios analizados convergen en un eje central, que es la influencia de la familia en el desempeño académico de los estudiantes, cada uno aporta una perspectiva particular, ya sea en cuanto al contexto socioeconómico, las etapas educativas analizadas o los aspectos específicos de la relación familiar que se exploran. Todos los estudios coinciden en la importancia de la relación entre la familia y la escuela para el éxito académico de los estudiantes y en señalar que el involucramiento de los padres en la educación de sus hijos tiene un impacto positivo en su rendimiento escolar. Los estudios establecen una relación entre las características del ambiente familiar como la comunicación, estilos de crianza, etcétera, y los resultados académicos.

Por otra parte, debe considerarse que abarcan diversos contextos socioeconómicos, desde contextos de vulnerabilidad (Acuña-Collado, 2016), hasta contextos más generales (Suárez & Vélez, 2018). Se centran en diferentes etapas educativas, desde la educación básica (Murillo Sánchez et al., 2019; Meza-Rodríguez & Trimiño-Quiala, 2020), hasta el bachillerato (Infante Blanco & Padilla González, 2020). Además, cada estudio profundiza en diferentes aspectos de la relación familiar, como la comunicación (Suárez & Vélez, 2018), los estilos de crianza (Suárez & Vélez, 2018; Martínez Chairez et al., 2020) o la participación en actividades escolares (Infante Blanco & Padilla González, 2020).

Desde la corriente del positivismo

Según Augusto Comte (2000), el positivismo busca explicar la realidad mediante leyes generales y métodos cuantitativos con el objetivo de establecer un método científico riguroso que permita comprender y mejorar la sociedad a través de la observación y el análisis de los hechos sociales. A continuación, se presentan algunos estudios revisados que están basados en este paradigma filosófico.

Martínez Chairez et al., (2020) plantean en el artículo El contexto familiar y su vinculación con el rendimiento académico un estudio donde se buscaba conocer la relación que tiene el contexto familiar con el desempeño académico de los alumnos con el objetivo de definir acciones en el Programa Escolar de Mejora Continua que atiendan la problemática desde escuela y la familia. Como hipótesis de trabajo argumentan que existe relación entre el contexto familiar (nivel socioeconómico de las familias, el clima familiar, el estilo de crianza y el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos) con el desempeño académico de los mismos, y como hipótesis nula que no existe dicha asociación.

Este estudio lo lleva a través del paradigma postpositivista con un enfoque cuantitativo y un diseño no experimental, ya que las variables no son manipuladas. La investigación permitió identificar que el clima familiar modela la conducta escolar principalmente en los primeros años, y que el contexto familiar tiene una gran relación con el desempeño académico de los estudiantes, por lo que ocasiona que los educandos no cuenten con la misma motivación por aprender o asistir a la escuela y tiendan al fracaso escolar o todo lo inverso. Finaliza con la sugerencia de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que es conveniente estimular la participación de los padres de familia para lograr un óptimo resultado educativo de los estudiantes.

El estudio de Martínez Chairez et al., (2020), es una valiosa contribución a la comprensión de la relación entre el contexto familiar y el rendimiento académico. La investigación confirma la existencia de una fuerte asociación entre ambos, lo que significa que las características del entorno familiar tienen un impacto significativo en el éxito académico de los estudiantes. Sin embargo, es importante considerar que el contexto familiar no es el único factor que determina el éxito académico, además de que el estudio no analiza en profundidad las variables del contexto familiar, lo que deja un área de oportunidad para explorar cómo cada una de estas variables (clima familiar, estilo de crianza, apoyo escolar) influye en el rendimiento académico.

Esta aportación se ubica principalmente en la corriente positivista, con elementos de las corrientes sociocultural y constructivista. Esta combinación de corrientes permite a la investigación comprender la complejidad de la relación entre el contexto familiar y el desempeño académico, y proponer estrategias que puedan fortalecer el papel de la familia en el proceso educativo.

Por su parte, Suárez y Vélez (2018), establecen en su artículo El papel de la familia en el desarrollo social del niño: una mirada desde la afectividad, la comunicación familiar y estilos de educación parental que, aunque la familia se ha concebido como la base de la sociedad y su papel es insustituible, los problemas sociales crecientes son un grave síntoma de que dicha base está perdiendo su fortaleza, y es menester llevar a cabo acciones contundentes por recuperarla. Para esto, es necesario que diferentes sectores sociales converjan entendiendo la importancia de la familia y contribuyan a su recuperación. Para identificar que las características de la afectividad, la comunicación familiar y los estilos de educación parental inciden en la formación de distintas habilidades psicosociales en los niños contribuyendo de esta forma a la educación de individuos con la capacidad de relacionarse con otros de una forma positiva.

El objetivo de este estudio es determinar los elementos de las dinámicas familiares que contribuyen en el desarrollo social de los niños mediante un estudio de enfoque cualitativo nivel descriptivo y método bibliográfico, teniendo como resultado que a partir de los estilos parentales que se desarrollan en los sistemas familiares, se potencia el desarrollo social y afectivo de los hijos, de tal manera que la familia, siendo el sistema inicial en el cual los niños establecen su primer vínculo, debe fomentar buena comunicación, afectividad, apoyo y habilidades sociales que favorezcan el desarrollo integral de los niños y niñas.

Por tanto, desde la perspectiva de Suárez y Vélez, sus ideas se sitúan en la corriente positivista ya que explican la realidad mediante leyes generales y métodos cuantitativos para comprender las dinámicas familiares, permitiendo un análisis crucial sobre el rol fundamental de la familia en el desarrollo social del niño. Los autores enfatizan la necesidad de fortalecer la base de la sociedad, la cual se encuentra debilitada por los crecientes problemas sociales. Esta investigación se basa en una revisión bibliográfica, lo que significa que no se realizó una investigación empírica con una muestra específica. Sería necesario realizar estudios posteriores que confirmen los resultados en diferentes contextos.

El artículo de Infante Blanco y Padilla González (2020), titulado Implicación familiar en el bachillerato: una estrategia para favorecer la permanencia escolar, mencionan que es amplia la literatura que corrobora la importancia de la relación familia-escuela durante la educación básica, sin embargo, son menos las investigaciones que abordan la temática desde la educación media superior o superior; el desarrollo del concepto de implicación familiar en la educación deja ver su importancia en el logro académico de los estudiantes de bachillerato, asumiendo que la familia sigue siendo importante por la etapa evolutiva que transitan, la adolescencia, y por su papel estratégico para promover la permanencia escolar en este tipo educativo.

Analizan también algunas estrategias identificadas en la literatura que pueden ser de utilidad para las preparatorias mexicanas en la implicación de las familias en uno de sus mayores retos: la permanencia de los estudiantes en el bachillerato. El objetivo de este estudio fue mostrar una revisión teórica sobre el concepto de implicación familiar (family involvement) en relación con el aprendizaje de los estudiantes de bachillerato y como estrategia que promueve la permanencia escolar. La hipótesis de que la implicación familiar tiene efectos positivos para el logro académico ha sustentado investigaciones que encuentran correlaciones entre estas dos variables, desde la sostenida por los estudios de Coleman (1988), en los que refieren que el capital social está asociado a una menor deserción escolar y, en general, a un mayor logro educativo (Ramírez & Hernández, 2012).

Infante y Padilla se ubican en la corriente positivista, pues los autores enfatizan la importancia de la participación de las familias en la educación de sus hijos durante la etapa crucial de la adolescencia. De acuerdo con lo anterior, se puede encontrar un área de oportunidad ya que se necesitan estudios que investiguen de forma empírica la relación entre la implicación familiar y el logro académico y la permanencia escolar en el bachillerato mexicano.

Desde el constructivismo social

El enfoque del constructivismo social, propuesto por Bruner (1997), enfatiza el papel activo del estudiante en la construcción de su conocimiento y aprendizaje. Según este enfoque, los alumnos interactúan con su entorno y con otras personas, incluyendo a sus familiares, para construir significados y comprender conceptos académicos.

Meza-Rodríguez & Trimiño-Quiala (2020), plantean en el artículo Participación de la familia en la educación escolar: resultados de un estudio exploratorio que la insuficiente participación de la familia en la educación escolar constituye una problemática fundamental del modelo educativo mexicano actual, analizando las causas que están limitando la participación de la familia en el proceso escolar como aspecto esencial para solucionar la problemática investigada. El desarrollo de este proceso investigativo se concibe con un enfoque cualitativo-exploratorio producto a la complejidad que representa el análisis inicial de las causas que motivan la baja participación de la familia en las actividades de la educación escolar. Como metodología se empleó la técnica del cuestionario y de la entrevista.

En relación con las causas que están limitando la participación de la familia en las actividades escolares, el 85% plantea que no tienen tiempo con sus diversas ocupaciones en casa y en el trabajo; el restante 15% se refiere a problemas familiares y de salud. Al quedar inconformes con tales respuestas ya que no profundizan en las causas que ocasionan el problema estudiado, los investigadores proceden a realizar una entrevista a 20 padres de los que conformaron la muestra, obteniendo como resultados que los padres identifican otras causas relacionadas con esta problemática; en primer lugar, que la escuela cuenta con un horario docente muy estricto lo que impide su participación en determinadas actividades escolares. Se identifica que aún no se erradica la resistencia tradicional de algunos docentes a que la familia participe en sus actividades docentes, e incluso, participen en sus clases; por lo que la familia es excluida, pero también se autoexcluye de participar en las actividades escolares.

El estudio de Meza Rodríguez y Trimiño Quiala (2019), ofrece una mirada crítica a la problemática de la baja participación familiar en la educación escolar en el contexto mexicano. Los autores destacan la importancia de la participación de la familia como factor clave para mejorar el rendimiento académico y el desarrollo integral de los estudiantes. Sin embargo, resaltan algunas limitaciones en cuanto a la metodología ya que el cuestionario y la entrevista no permiten explorar a profundidad las causas de la baja participación familiar.

Los autores consideran que el vínculo entre la familia y la escuela se reconoce como una tendencia y una necesidad para alcanzar los objetivos y fines de todos los sistemas educativos; sin embargo, en la educación mexicana no se han alcanzado los impactos que demanda la sociedad, por lo que recomiendan ampliar los resultados de este estudio exploratorio, mediante el desarrollo de una investigación explicativa y la propuesta de estrategias pedagógicas para contribuir a la solución de la problemática diagnosticada.

En la Revista Brasileira de Estudos Pedagógicos, Acuña-Collado (2016), publica el artículo con toque positivista, Familia y escuela: crisis de participación en contextos de vulnerabilidad un estudio realizado en Valparaíso, Chile; donde indaga en los obstáculos que generan una baja participación de padres, madres o adultos responsables de niñas y niños en las escuelas, a fin de crear propuestas que faciliten la integración de los apoderados al centro educativo. La presente investigación pretende conocer, desde la opinión de los apoderados, el tipo de participación de las familias en la escuela, con el fin de perfilar su rol y poder potenciar el aprendizaje de sus pupilos, considerando o teniendo en cuenta cambios de las variables mencionadas.

Por otra parte, conocer la opinión de los docentes respecto a los tipos de participación de los padres y responsables de niños permitiría mejorar las instancias de comunicación que finalmente se traducirían en el apoyo al aprendizaje de sus alumnos. Es vital el énfasis en el estudio de las diferentes variables que complejizan el problema de la vinculación entre la familia y la escuela y de cómo generar mayor participación de ellos. El diseño metodológico es de tipo cualitativo y se inspira en el paradigma interpretativo; además, se utiliza la entrevista en profundidad como medio de recolección de datos.

En cuanto a los resultados, desde el punto de vista de los apoderados, se relata el desinterés en las actividades propuestas por la escuela, lo que resulta en poca participación; sin embargo, se describe haber una buena relación entre los apoderados y los docentes. Desde la perspectiva de los profesores, hay relatos acerca de las estrategias empleadas por la escuela para incorporar a sus apoderados al quehacer del establecimiento y acerca de la necesidad de fijar límites en los roles de los docentes y su consecuente sobrecarga laboral.

La investigación de Acuña-Collado es un gran aporte al estudio de la crisis de participación familiar en las escuelas de contextos de vulnerabilidad. Se podría sugerir analizar el impacto de la participación familiar en el logro académico de los estudiantes y considerar el rol de la escuela en la promoción de dicha participación familiar en las escuelas.

Luego del análisis y revisión de los autores señalados anteriormente acerca de la influencia de la familia en el rendimiento académico de los alumnos de bachillerato, una temática que ha captado la atención de académicos y profesionales de la educación ya que no solo afecta su éxito académico, sino también su desarrollo personal y profesional a largo plazo. Se ha observado que múltiples factores influyen en este problema, y uno de ellos es el papel de la familia que emerge como uno de los más significativos y complejos. El bachillerato, etapa educativa crucial en la formación de los jóvenes, presenta desafíos particulares en términos de exigencia académica y preparación para la educación superior. Sin embargo, algunos estudiantes experimentan dificultades en su rendimiento académico, lo que puede afectar su trayectoria educativa y sus oportunidades futuras.

La familia es considerada el primer pilar en la formación de los seres humanos, la principal institución y base de la sociedad cuyo principal objetivo es guiarlos y facilitarles las herramientas que les permitan desenvolverse en los diferentes entornos sociales, incluida la escuela.

La participación de los padres de familia en el ámbito educativo puede ser determinante para el éxito o fracaso escolar. Si bien se reconoce ampliamente que la familia ejerce una influencia importante en la educación de los niños y adolescentes, aún persisten interrogantes sobre cómo y en qué medida esta influencia impacta directamente en su rendimiento académico. Actualmente se vive en una sociedad donde el entorno familiar de los adolescentes de 15 a 17 años se ve afectado por diversos factores: la estructura familiar, las prácticas educativas, el apoyo emocional y la motivación, entre otros. Lo que puede conducir al estudiante a la deserción escolar debido a su bajo rendimiento académico. A pesar de ello, la afectación que tenga un joven en su rendimiento escolar no puede generalizarse sino esta debe ser vista en sus particularidades incluyendo factores ambientales como las condiciones de estudio del joven, las características del aula y en general la relación propia de este con su entorno (Méndez, 2018).

Murillo Sánchez, Batista Ballesta y Velásquez Estrada (2019), en su artículo Relaciones Familiares y su Relación con el Desempeño Escolar centran su argumento en cómo las relaciones familiares, un aspecto fundamental de la interacción social, influyen en el aprendizaje y el desempeño escolar. Esta perspectiva se alinea con el constructivismo social, que enfatiza la construcción del conocimiento a través de la interacción con otros. Refieren sobre la relación entre las dinámicas familiares y el rendimiento académico de los estudiantes del Colegio Adventista de Apartadó, Colombia que representa un valioso aporte al campo de la educación.

Al centrarse en el contexto específico de un colegio y en un nivel educativo particular, los autores ofrecen detalles sobre cómo las interacciones al interior de la familia pueden influir significativamente en el desempeño escolar de los niños. Se justifican por la necesidad de comprender las causas subyacentes del bajo rendimiento académico. Al identificar el tipo de relaciones familiares que se asocian con dificultades escolares, se pueden diseñar intervenciones más efectivas tanto a nivel individual como institucional. Los autores plantean la hipótesis de que las relaciones familiares cumplen un rol fundamental en la motivación y el éxito académico de los estudiantes.

La metodología empleada en el estudio, basada en la aplicación de encuestas a estudiantes, docentes y padres de familia, permite obtener una visión multidimensional del fenómeno estudiado. Sin embargo, es importante considerar que el tamaño de la muestra (14 participantes) limita la generalización de los resultados a una población más amplia. Aunque los hallazgos no se especifican claramente en el estudio, se puede inferir que los autores probablemente encontraron una correlación positiva entre la calidad de las relaciones familiares y el rendimiento académico. Es decir, es probable que hayan identificado que los estudiantes que provienen de familias con un ambiente de apoyo, comunicación y motivación tienden a tener mejores resultados escolares.

Los resultados de esta investigación tienen importantes implicaciones para la práctica educativa ya que, al reconocer el papel crucial de la familia en el proceso de aprendizaje, se pueden desarrollar programas de intervención que involucren a padres y madres en el apoyo escolar de sus hijos. Asimismo, los docentes pueden ser capacitados para identificar las señales de dificultades familiares que puedan estar afectando el rendimiento académico de sus estudiantes y brindar el apoyo necesario. Sin embargo, es fundamental reconocer las limitaciones del estudio, donde el tamaño de la muestra y el contexto específico del Colegio Adventista de Apartadó pueden restringir la generalización de los hallazgos a otros contextos educativos. Sería interesante, además, profundizar en el análisis cualitativo de los datos para obtener una comprensión más rica y detallada de las experiencias de los participantes.

CONCLUSIONES

El análisis a las investigaciones examinadas, evidencia que la mayoría de los estudios se centran en las percepciones y prácticas de los padres y maestros, dejando de lado la voz y las perspectivas de los propios estudiantes ubicados en contextos específicos, lo que puede limitar la riqueza o generalización de los hallazgos a otras poblaciones y contextos culturales.

Todos los estudios coinciden en la conclusión de que la familia desempeña un papel fundamental en el desarrollo académico de los estudiantes, y que la implicación directa de los padres en la educación de sus hijos se asocia con mejores resultados escolares pues al estar activos en la vida escolar de sus hijos se puede mejorar la asistencia, la motivación, el comportamiento y las habilidades de aprendizaje. La comunicación y los estilos de crianza son importantes, así como el contexto socioeconómico en el que se desenvuelve la familia puede moderar la relación entre las variables estudiadas. Aunque el foco de los estudios está en la familia, se reconoce la importancia de la escuela como otro actor clave en el proceso educativo.

La revisión de estos estudios permite afirmar que la relación entre la familia y el desempeño escolar es multifactorial y compleja donde, si bien, todos los estudios coinciden en la importancia de la familia, pero cada uno aporta matices y profundiza en aspectos particulares de esta relación. Factores como la estructura familiar, las prácticas educativas, el apoyo emocional y la motivación pueden conducir al estudiante a la deserción escolar debido a su bajo rendimiento académico. En conjunto, estos trabajos ofrecen una visión más completa de cómo la familia influye en el éxito académico de los estudiantes y destacan la necesidad de diseñar intervenciones educativas y estrategias más efectivas que fortalezcan la colaboración entre la familia y la escuela, y a través de este apoyo que vaya más allá de la simple medición de los resultados se promueva el éxito académico de los estudiantes.

Finalmente, se concluye que todos los artículos analizados tienen como característica común el trabajarse a nivel descriptivo y no experimental, reduciéndose a tratados teóricos de literatura existente a modo de revisión sistemática. Es evidente que existe una necesidad de estudios que aborden la influencia de la familia de manera integral, considerando los múltiples factores y dinámicas familiares que interactúan entre sí.

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